Saludos estimados ABC E-learners! Para mis compatriotas peruanos les mando un abrazo fraterno desde tierras lejanas en este 28 de Julio :)
En un día como hoy, les invito a hacer una reflexión del significado de la palabra "independencia". Llevamos desde niños cantando con fervor en nuestro Himno Nacional la frase "Somos libres, seámoslo siempre", pero ¿qué significa realmente para ti?
Quería empezar el artículo de esta manera porque el deseo de ser emprendedor muestra, en cierto modo, un camino de independencia, una elección por perseguir tu propio sueño. Esa idea que te ronda la mente que hace tu corazón empiece a latir fuerte es el primer indicador de que emprender es para ti y no es más que la piedra angular de tu plan de negocio. En este artículo, no pretendo desarrollar la parte teórica que se encuentra ampliamente en libros o Internet, sino más bien, compartir algunos de los tips para que te pongas en marcha.
Como ya te decía antes, lo primero de todo es encontrar LA IDEA que te genere ilusión. Pienso que estamos preparados para hacer funcionar cualquier negocio, pero si es propio y puedes elegir, es mucho mejor algo que te haga vibrar. En resumen y como se suele decir, "haz de tu pasión tu profesión". Esto va a garantizarte que toda tu energía se enfoque en tu objetivo, generándote, además de dinero, la gran satisfacción personal y sensación de completitud. Si vas a invertir tu tiempo en algo, que sea para disfrutar!
Muchos de nosotros queremos tener todo milimétricamente atado antes de empezar a tomar acción. Después de años de experiencia me he dado cuenta que todo en la vida es como un gran tablero de ajedrez, empiezas moviendo una ficha y esperas a que el otro jugador (la vida misma) mueva otra, entonces recalculas tu estrageia y vuelves a mover. ¡Tu plan de negocio está VIVO! Una empresa es un "sistema vivo" que interactúa con personas, recursos, medio ambiente y va más allá de ti mismo. Deja que tu idea cobre vida propia y permítele fluir. Como se dice en la película Guerra Mundial Z, "el movimiento es vida".
Para empezar a hacer números, diseña el proceso básico de tu idea de negocio, piensa que es como "la columna vertebral" de tu cuerpo, lo enlaza todo y sin ello, no existiría el cuerpo. En este punto, no hace falta que inviertas tiempo en las variantes pero sí que te vuelvas un experto del flujo principal. Cuando venga una idea a tu mente, pregúntate ¿mi empresa podría continuar si no hago esto? y si la respuesta es que sí, entonces descártalo por ahora. Te darás cuenta que, de forma natuaral, empiezas a describir los puntos críticos de tu negocio, el perfil principal de tus clientes, cuál será tu punto de contacto con ellos, cuáles son los productos o servicios que vas a ofrecerles, el valor agregado que vas a darles y cómo podrás hacer para expandirte.
Llegará el momento en que te verás poniendo en una hoja de Excel, de papel, una servilleta, móvil o cualquier medio, un listado de todo lo que vas a necesitar para hacer realidad tu empresa. Aquí es donde empiezas a materializar tu plan de negocio. Si has llegado a este punto sin desgaste y tu ilusión ha ido creciendo cada vez más, TE FELICITO!
Ahora sí, llega el momento de definir tu modelo de negocio. Esto no es más que el modo en el que vas a ganar dinero a partir de tu actividad empresarial. En resumidas cuentas, lo que debes hacer es encontrar la unidad básica de tu negocio (el bien o servicio que vas a vender), por ejemplo, en una empresa de informática, podría ser una suscripción mensual para el uso de un sistema. Como ya has detallado el proceso básico, puedes calcular cuánto cuesta "producirlo" y también sabrás a cuánto venderlo aplicándole un margen de utilidad o ganancia. Además, esto te dará una idea del volumen de ventas a conseguir y de aquí parte todo lo demás.
Cuando ya tienes claro qué vas a vender, cuánto vas a cobrar y cuántos clientes tienes que conseguir, ya puedes definir tu equipo de trabajo, realizar el estudio de mercado, definir tu estrategia de marketing, revisar si necesitas financiación o no para ponerlo en marcha, los riesgos que puedes tener y finalmente formalizar tu plan de implantación con fechas y alcances realistas. El tiempo que pasarás sentado escribiendo este plan será mejor aprovechado que si te saltas los puntos anteriores y hablo hasta de "sentir" la idea, que no es más que el combustible que necesitas para ponerte en acción.
Un plan de negocio puede resumirse a una hoja Excel colocando todo de forma muy resumida pero que responda a las preguntas básicas ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿cuánto?. Te aconsejo definir diferentes escenarios cuantificables, por ejemplo, el número de ventas mensuales, qué pasa si son 150 o si son 500, ¿cuánto sería lo óptimo para ti?. Otro tipo de planes de negocio son aquellos que suelen pedir las empresas del sector financiero si vas a solicitar un préstamo, además de lo anterior, puede que te pidan un mayor detalle escrito en prosa. Es habitual que cada uno tenga una estructura específica pero te resultará sencillo habiendo hecho el resumen ejecutivo anterior.
Finalmente, quiero compartir contigo un punto vital en el andar empresarial. Todo ser animado o inanimado requiere un período de gestación y crecimiento. Una empresa no es la excepción. El ser humano nace en 9 meses, pero no es autosuficiente hasta muchos años después, me refiero a generar ingresos, alimentarse, cuidar su salud física y emocional, desarrollarse y aportar algo al entorno. Pretender que una empresa no solo se sostenga sino que también te genere grandes ganacias el primer mes de actividad, es algo que debe analizarse con los pies en el suelo aunque siempre mirando al cielo.
Como los últimos martes de mi vida, ha sido un placer compartir contigo un resumen de mi experiencia en el camino empresarial.
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